Continuamos con mi entrada de ayer sobre Eslovenia.
Miro las fotos y me entran ganas de volver este verano nuevamente a descubrir más de este pequeño maravilloso país.
Miro las fotos y me entran ganas de volver este verano nuevamente a descubrir más de este pequeño maravilloso país.
Durante nuestra estancia
en Portoroz – os recomiendo ver el divertido video de mi entrada anterior de
Portoroz – visitamos el precioso pueblo de Piran y nos atrevimos a pasar por la
frontera hacia Croacia, ya que dista apenas 10 kilómetros.
Conduciendo por la cost
Adriática, y solo a 5 Km. de Portoroz, se encuentra la bellísima ciudad costera
de Piran, cuyo nombre es el mismo de su península. Al estar tan cerca de Italia, se habla también
el italiano.
La ciudad es totalmente
peatonal, por lo que una valla limita el paso a los coches no residentes, y
tuvimos que aparcar al menos un kilómetro de su entrada. El camino a la ciudad mereció la pena paseando
a lo largo de la costa hasta llegar a esta hermosa ciudad; y empezamos a
callejear ...
La ciudad está rodeada por
murallas medievales que están formadas por dos muros paralelos construidos
entre los siglos VII y XVI. Lo más atractivo y atrayente de esta ciudad son sus
laberínticas estrechas calles medievales. San Jorge es el patrón de Piran y, como
muestra de su devoción, encontraremos su visible y famosa iglesia de San Jorge,
que se levanta sobre la colina de la ciudad, donde se extiende la vista de
Piran y sus alrededores.
Se nota la gran influencia
Veneciana por sus numerosas casas apretadas, innumerables plazas y no se
cuantas iglesias. Perderse y pasear por sus calles es su mayor encanto.
El del hotel nos había
recomendado un restaurante llamado Nepturn.
Es un pequeño restaurante marinero paralelo a la costa entre una de sus
estrechas calles de apenas 5 mesas y muy familiar. Allí se pueden degustar buenos pescados, pero
nosotros decidimos pedirnos algo típico: Buzara un guiso de mejillones, cigalas
y vieras muy sabroso.
El viernes por la tarde, no fuimos a las en turísticas y antaño famosas, salinas de Portoroz, una de las más grandes del mundo. Hoy en día solo se trabaja una parte con una escasa y selecta producción y son el hogar de un gran número de aves que anidan aquí. Después de una hora de paseo, y con toda la tarde todavía libre, decidimos irnos a la aventura y cruzar la frontera hasta Croacia, ya que apenas se encontraba a 5 kms. de donde estabamos.
Sin pasaporte, y no seguros
que con nuestro DNI sería suficiente, atravesamos la frontera, pero
asegurándonos de que a la vuelta no tendríamos problemas. Un simpático policía
croata de la aduana, que nos confirmo que con el carnet sería suficiente, miro los carnés,
y nos dijo: -Españoles. Viendo que uno
de nuestros apellidos era Llorente dijo:
- Llorente, Atelico de Bilbao. A
lo que Salva contesto: Family. El
guardia sorprendido: -¿Yes, family? Pero
contestamos con una sonrisa: - No, jocking!.
Sonrió abiertamente y nos dejo pasar.
No sabíamos donde ir, por
lo que paramos en la gasolinera más cercana a preguntar. El dependiente de la gasolinera me ofrecía un
apartamento muy barato en la costa reiteradas veces y al mismo tiempo sacaba la tarjeta de publicidad del apartamento a
lo que yo le contestaba en ingles que muchas gracias pero que estábamos en
Portoroz y que veníamos por unas horas, otras tantas reiteradas veces, diciendo: “Croacia
better”. Un amable cliente
me recomendó un pueblo cercano costero a 20 km: Umag, Nuestra primera impresión de los croatas fue
de simpatía y amabilidad.
Umag es un pueblecito
costero, no muy grande pero con gran encanto y mucho turismo, sobre todo Alemán o habla
alemana. La pequeña
zona marítima esta llena de restaurantes con terrazas a la busca de
comensales.
El no tener Drags en esta
zona no es un problema, teniendo Euros (te sale más caro, eso sí) por lo que en
una terraza más apartada nos tomamos dos copas de helado. Ya de noche,
decidimos no arriesgar y volver a cenar a Portoroz. Entramos en el ya nuestro restaurante Pergo a
tomar nuevamente esos mejillones tan ricos.
En la próxima entrada, os
contaré nuestro viaje de Portoroz a Liubliana y algunas recomendaciones y
consejos para aquellos que os apetezca viajar por esta zona.
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