¿Sigues esperando? ¿ Sigues buscando?
Siempre inconformistas e insatisfechos, en busca de un cambio, de
una mejora, ya sea en nuestro trabajo que no nos satisface, en nuestra vida
personal en busca de un matrimonio y unos hijos mejores, una casa perfecta y
una vida social mejor. Sin darte cuenta el tiempo va pasando, y tu sigues
esperando y buscando. La vida va corriendo y pasando, y sigues sin
disfrutar lo que tienes. Cuando la muerte afecta a un amigo, un familiar te despiertas temporalmente y te das cuenta de lo importante que es "vivir" y todas estas insatisfacciones dejan de tener valor. Pero el duelo pasa y te olvidas de agradecer con una sonrisa el poder levantarte cada mañana y disfrutar de lo bueno y lo malo de la vida ..., y volvemos al
ofuscamiento diario que no nos deja ver más allá de nuestras propias narices.
Pero ¡ay! si la señora muerte empieza a rondarte y tu futuro se vuelve impredecible. Estas en una pesadilla, pero por mucho que te pellizcas ese mal sueño sigue ahí. La muerte acechando se convierte en una realidad palpable y te levantas sudoroso del mal sueño para darte cuenta de que el mal sueño solo acaba de empezar. El miedo, la angustia y el pánico te acompañan, y luchas contra esos sentimientos. Solo cuando aceptas la realidad y tus emociones, empiezas a resurgir y a valorar lo que realmente valía la pena. Las frustraciones e insatisfacciones se olvidan por arte de magia, y empiezas a descubrir lo "bello que es simplemente vivir".
Pero ¡ay! si la señora muerte empieza a rondarte y tu futuro se vuelve impredecible. Estas en una pesadilla, pero por mucho que te pellizcas ese mal sueño sigue ahí. La muerte acechando se convierte en una realidad palpable y te levantas sudoroso del mal sueño para darte cuenta de que el mal sueño solo acaba de empezar. El miedo, la angustia y el pánico te acompañan, y luchas contra esos sentimientos. Solo cuando aceptas la realidad y tus emociones, empiezas a resurgir y a valorar lo que realmente valía la pena. Las frustraciones e insatisfacciones se olvidan por arte de magia, y empiezas a descubrir lo "bello que es simplemente vivir".
¿Pero tenemos que llegar a darnos cuenta quizás ya demasiado tarde?
Este video de youtube que me mando mi amiga Elena habla sobre "las esperas". Más adelante un cuento Jorgue Bucay nos habla de la “búsqueda”
No esperes ni al duelo, ni a la amenaza de la muerte para descubrir "que bello es vivir".
No esperes ni al duelo, ni a la amenaza de la muerte para descubrir "que bello es vivir".
EL BUSCADOR
Esta
es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador
Un
buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que
encuentra.
Tampoco esa alguien que sabe lo que está buscando. Es
simplemente
para quien su vida es una búsqueda.
Un
día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había
aprendido
a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar
desconocido
de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los
polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al
pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba
tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores
encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera
lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que
olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en
ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre
las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles.
Dejó que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una
de las piedras, aquella inscripción … “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2
semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no
era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño
de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el
hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una
inscripción, se acercó a leerla decía “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3
semanas”. El buscador se sintió terrible mente conmocionado. Este hermoso
lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones
similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo
contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido,
apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso
a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar
por un rato en silencio yluego le preguntó si lloraba por algún familiar.
No
ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué
cosa
tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en
este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha
obligado a construir un cementerio de chicos?.
El
anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa
es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15
años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del
cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno
disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda
que fu lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿Conoció a su
novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer
de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… la emoción
del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una
semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento
de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que
vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?…
¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien
se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo
disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el
único y verdadero tiempo vivido.
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